lunes, 22 de febrero de 2010

Madrid Imprescindible I




La plaza Mayor

La plaza mayor es uno de los centros neurálgicos de Madrid. Madrid fue fundada por los musulmanes allá en el siglo IX, en aquella época esta zona estaba extramuros, pues la primera Madrid estaba en la zona del Palacio. No fue hasta que la conquistan los cristianos, que destruyen la primera muralla y construyen una segunda, que esta plaza no entra en juego como plaza de mercado. En aquella época se le conocía como Arrabal. Fue cuando Felipe II traslada la capital de Toledo a Madrid cuando encargó la construcción de la Casa de la Panadería a Juan de Herrera. Es la que se ve en la foto, cuyos frescos en realidad datan de sólo hace 25 años. Más tarde la plaza terminarían de construirla en seis plantas (en lugar de tres como tiene ahora). Sin embargo, tras varios incendios, cuando Juan Villanueva resconstruyó la plaza, mantuvo las tres alturas que tiene la casa gremial del pan, y es así como la vemos ahora.

Fue siempre centro social. En sus alrededores vivían la gente del pueblo y de los gremios, ya que la aristocracia se concentraba en las cercanías del palacio. En esta plaza se han celebrado corridas de toros, se han celebrado autos de fe y se ha ejecutado gente. Aunque la Inquisición no quemaba aquí a sus reos, más que nada por cuestiones prácticas y de seguridad. Pero otros tipos de reos sí se han ejecutado aquí, y según sus penas, en un sitio u otro. Por ejemplo, los ahorcados se ejecutaban delante de la casa del pan, los pasados a cuchillo delante de la casa de los carniceros y los del garrote delante de los paños.

Los reos de la Inquisición se ejecutaban a las afueras de la ciudad, en unos sitios conocidos como los Quemaderos.

Al ser una plaza cuyas casas eran del pueblo llano, pero al mismo tiempo, era el centro social de la ciudad, los nobles alquilaban los balcones para los actos... pero no al pueblo llano. El pueblo llano tenía que cederlo gratuitamente a los encargados, que a su vez se lo alquilaban a los nobles. La casa de panaderos era de uso exclusivo de la casa real y de la corte.




Calle de Toledo


En la calle Toledo, que no es más que la calle que termina llegando a Toledo, se puede observar lo que los madrileños llaman la Catedral de San Isidro, aunque no lo sea (y nunca lo fue). Ahí está enterrado el patrón de los madrileños, San Isidro, que era un labrador cuyo cuerpo está incorrupto. Otro de los milagros que se le atribuyen era la de que los ángeles bajaban a labrar el campo mientras oraba, y el de hacer que su hijo saliera de un pozo rezando, de manera que subió el nivel del agua. Curiosa y beata familia, su mujer era Santa María de la Cabeza y su hijo san Illán.

Madrid no tendría una catedral de verdad hasta 1993 (la Almudena), porque no tenía arzobispado propio.

En esta zona también se puede ver la alpargatería de la Casa Hernanz, donde hasta Carolina Herrera viene a comprar sus alpargatas. Toda una curiosidad ya que llevan más de 150 años vendiendo alpargatas cosidas a mano, y todavía lo lleva la misma familia.




Puerta cerrada

Esta plaza se conoce por este nombre porque aquí había una puerta en la muralla que casi siempre anduvo cerrada. Sobre todo para proteger a los comerciantes de los hurtos, ya que tanto comercio atraía a mucho amigo de lo ajeno. Por esta zona había muchas posadas, y como solía haber overbooking, se solía pedir "una media con limpio", es decir, compartir cama con alguien limpio.



En esta plaza se puede ver una inscripción interesante, "Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son". Hacen referencia a la gran cantidad de acuíferos que corren bajo Madrid (por eso los árabes le llamaron Magerit) y que la muralla cristiana tenía sílice incrustado, lo cual hacía que saltaran chispas cuando le lanzaban cosas, por ejemplo en medio de una batalla.

Restaurante Botín

Toda otra curiosidad de Madrid, al ser el asador más antiguo según el libro Récord Guiness. Fundado por un francés, que aquí españolizaron como Botín, su horno sigue funcionando dando probar al visitante cochinillo y otros asados. Fue inmortalizado en novelas como Fortunata y Jacinta, y sigue siendo llevada por los descendientes de Botín. Antiguamente era una posada, pero ahora ya es exclusivamente un restaurante.



Calle Cuchilleros

Este nombre se le da sobre todo porque aquí estaba el gremio de los cuchilleros. En esta parte de Madrid, casi siempre las calles tienen un nombre gremial o el sitio a donde se llegaba por ellas. Aquí se concentran muchísimos mesones, llamados así porque antiguamente en estas tabernas había una única mesa central grande donde todo el mundo se sentaba a comer. Aquí también están las cuevas, donde Luis Candelas ocultaba su tesoro, y a veces a sí mismo. Durante las mañanas se hacía pasar por indiano, hablando con damiselas para sonsacarle información, por la noche atracaba a la nobleza. Se educó en un colegio cercano, el colegio de San Isidro llevado por Jesuítas. Su banda, a la que conoció en general en el colegio, se jactaba de no cometer delitos de sangre. A pesar de todo, cuando le apresaron, lo sentenciaron a muerte, y aunque él pidió el indulto de la reina, no se lo dio.

Sin embargo, se puede decir que fue un hombre que vivió y murió libre.

Esta zona contrasta mucho con la plaza Mayor, ya que es perfectamente irregular y carece de armonía.









Plaza del Conde de Barajas

Esta plaza es una curiosidad, tan cercana al centro, y sin embargo, tan tranquila. Está justo en el límite de la entrada del Madrid de la corte, en los alrededores había palacetes de aristócratas. Por aquí pasa la calle de la Pasa, quien no pasa por la Pasa, no se casa, pero más que nada porque el registro civil estaba aquí... Hay algunos madroños. El madroño representa Madrid porque empiezan igual, ya ves qué tontería. El oso en realidad es representativo de los cazaderos reales, que rodeaban el palacio real y donde los más apoderados cazaban para no aburrirse demasiado.

Por los alrededores se pueden tomar barquillos con licor de madroño, que es muy dulce e ideal para el aperitivo.

Calle del Nuncio

Por aquí ya se introduce uno por la Latina, antigua Morería. Como Toledo y Córdoba, Madrid era un crisol de culturas, aunque no tan bien avenidas como normalmente nos quieren hacer ver. Esto se traduce en fusión de estilos, y en concreto del arte mudéjar.




Los mudéjares eran musulmanes que han permanecido en los territorios ocupados por los cristianos. Como muestra, un botón. El campanario de la iglesia de San Pedro el Viejo tiene toda la apariencia de un antiguo minarete reformado para ser cristiano. Se pueden observar sus arquerías ciegas y en la parte más alta, motivos árabes.

La Morería cambiaría su nombre por La Latina en honor de Beatriz Galindo, profesora de latín de Isabel la Católica y sus hijos, y que vivió por esta zona.

Plaza de la Paja




Extraña plaza en cuesta, pero no tanto si se considera que Madrid está edificado en tres niveles. el más bajo, el del Manzanares, todo Príncipe Pío y Paseo de la Florida. En el medio, Palacio Real y toda la zona antigua. La zona más alta, pues la Plaza Castilla y las nuevas torres, que no sólo están altas, sino que además están en la parte más alta.

En una de las esquinas de la plaza se puede observar el jardín del Príncipe de Anglona, de estilo arabesco, y en lo alto de la Plaza, la Colegiata de San Isidro.






Construcción a la Malicia

Nos adentramos en la calle Segovia, donde se puede ver su Puente, y nos paramos el la Plaza de la Cruz Verde. Normalmente la Cruz Verde se relaciona con la Inquisición, pues el símbolo de la Inquisición era precisamente esta insignia. Y se puede observar una curiosidad, algo que nos recuerda a la construcción a la malicia.

El problema de fondo fue el traslado de la corte de Toledo a Madrid. Felipe II no tenía donde alojar a su servicio, por lo que ordenó que todas las casas con más de una planta tenían la obligación de alojar y alimentar a miembros de la corte de forma completamente gratuita. Medida que por supuesto no sentó bien a la población, y de la que intentaron protegerse con esta clase de construcción, extraña, tapiando y cegando algunas ventanas, sólo para disimular que tenían dos plantas.

La calle Sacramento era una calle por donde pasaba una procesión que iba a casa de los enfermos para llevarles la comunión.






Y otra cosa que se puede observar aquí es la casa de Antonio Pérez, donde estuvo recluido, y de donde escaparía vestido de mujer, por sus confabulaciones con la Princesa de Éboli.

También por aquí está la calle del Rollo, en honor al rollo jurisdiccional de la villa.

Plaza de la Villa



Final del recorrido de esta primera parte del Madrid Imprescindible. en esta plaza se observará la casa de la Villa, donde siempre se reunió el Concejo, con dos puertas, una para el ayuntamiento y otro como calabozo de espera. También se puede ver la calle del Codo, que es la calle más estrecha de Madrid. La casa y la torre de Lujanes, con su estilo mudéjar toledano. También el palacio Cisneros, de bonito estilo plateresco, mandado construir por Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal Cisneros.

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